skip to main |
skip to sidebar
Comenzaba un año nuevo, nuevas metas y objetivos.
Era esa sensación de retomar aquello que el verano cortó. En la eterna cosecha de amistades, familia, estudios, amores y desamores. Hay solo algo que resalta en lo cotidiano. Esa gente, que sin nada material y económico como contrapartida, devuelven, de alguna manera y como pueden, aquello que en su momento los hizo ser quienes son hoy en día. Al menos en parte. Todas las cosas, buenas y malas ayudan a uno como persona, a desarrollarse de cierta manera.
Con profunda emoción, veo a amigos que hoy en día se presentan como ayudantes en ciertas cátedras, dando una mano. Ellos también aprenden de las experiencias y opiniones de otros docentes y alumnos, pero sobre todas las cosas, están ahí para dar una mano. Y les digo gracias.
Ofrecer ayuda en un lugar donde hace falta, es “no ser egoísta”. Hay quienes lo hacen, quienes no y quienes no les interesa. No digo que en un futuro lo haga, pero admiro a aquellos que si están donde se los necesita.
Cada uno, devuelve como puede y a su manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario