9 mar 2010

§ The X-Ray Experience

Hacía calor y estaba pesado el día. Si, te hincha las pelotas, se pone pesao. Pero ojotas de playa no daba, entonces me puse medias cortas, zapatillas bajas, traje de baño, underwear negro y una remera blanca con estampado.
Tenía que hacer unos mandados, entre ellos arreglar la pc. ¡Oia! Estoy por la zona, me voy a hacer los rayos x que necesito de la espalda. Empezare RPG (que no es Rocket Propelled Granade) es un sistema reconstructivo de la espalda. Mala postura, semi escoliosis, etc.
No sé porque los que te reciben en el diagnostico son mujeres. Algunas gorditas simpaticonas, otras viejas brujas, algunas otras jóvenes. En fin, mujeres.
Hace 3 semanas había ido para hacerme radiografía del dedo del pie. Ahora, estaba para otra cosa.
Me llaman.
Puerta numero 5.
Rubia, delgada, joven y sonriente. Bata blanca. (No vende panchos).

-“Sacate las zapatillas, y todo lo que sea de metal. Ah, ¿el traje de baño tiene cosas de metal?”

-“Si, acá por donde pasan las tiras.”

-“Bueno, te lo vas a tener que sacar también. Mejor sacate todo.”


Y me acosté en la camilla, y alrededor había maquinaria de matrix. Por suerte no había ninguna aguja en ningún lado. La situación me incomodaba un poco aunque la disimule bastante bien. Porque encima vino otra mina a aprender cómo poner al paciente en la “cama” para que las tomas salgan de diferentes posiciones y ángulos.
“Que a ver… mas para acá” “más para ese lado” “arrímate hacia adelante”. Junto con esas frases, la mina me agarraba el culo y me lo movía para la dirección que decía. Pero mi favorita: “boca arriba, junta las palmas de los pies y abrite de piernas”… para! ¿Qué? ¡¡Esa posición la uso para otras cosas, que ahora ni dan!!
En ese momento estaba como en mi casa. Se me empezaron a cruzar las ideas, el frío metal ya no importaba, y algo estaba en alza.
Rápidamente saque de mi cabeza esas ideas y las remplacé por aquellas escenas violentas de “Rescatando al soldado Ryan”. Funcionó. Pero en parte.
-“Bueno, espera un cachito que vemos si salió todo bien y te podes ir.”
-“Bueno gracias”
-“A ver… acóstate nuevamente con las piernas abiertas, que vamos a hacer esta otra vez”


¡Oh si! ¡Otra vez! Esta vez no me importo nada, y me deje ir. De última son profesionales, que deben pasar por estas situaciones bastante seguido. Un placer ser atendido por gente tan dedicada.


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