Sala desespera

Ya agotado, sintiéndome afiebrado, retornaba hacia zona norte luego de mi clase en la facultad. Medio a las puteadas vía sms con Luz, porque no se, me vino. Recriminándole acciones que dijo que no iba a hacer. Al menos no en un futuro TAN cercano.

Cada estación que sintonizaba en el auto, eran canciones melosas, de amor, estúpidas canciones de amor. Me pregunto estos hijos de puta que escriben canciones de amor, ¿por que no inundan la radio con estúpidas no tan melosas canciones de odio a la ruptura con su amor, infidelidad y demás? Mmm mentira, a mi me encantan las de amor… físico.
Como ese nuevo tema que se llama “Eh querido quererte”. Y realmente, si el cantante no se llamara Franco el Gorila Y NO SE PARECIERA a un Gorila, le dejaría darme. Un poco nada más eh?
Imaginándome ahí en forma de holograma a Michelle moviendo el cachafaz de un lado para otro con este tema. A ver…. Si!!!!! Si!!! Me lo re imagine!
Uf! Con el aliento re caliente, parpados súper calientes, baje en Márquez, rumbo a Sanatorio Las Lomas. Obvio primero busqué las recetas de mi abuelita queriditititita y luego me fui a la guardia. (Si, ojala JFK).

-“Mire que hay una demora de 2 horas, eh”
-“Bueno… esta bien, espero”

Y a todos le dicen lo mismo, sea para clínico, traumatólogo, pediatra. Ya se que les cabe la joda a los médicos, pero atiendan un poco, no? Uno sabe cuando tiene angina, si solo tuvieramos acceso a esos medicamentos… esa espera eterna se acortaría, pero bueh.
Me llaman, entro.

-“¿Cuales son los síntomas?”
-“Dolor de garganta, me siento afiebrado, y hace 2 días que estoy con Ibupirac, para mi que es angina”

Me mira, como “acá la medica soy yo”.
“Si, medica-me esta” tenia ganas de decirle. “Que vine hace 2 meses por lo mismo.”

Me quiere probar a ver si soy gay introduciéndome una varilla de madera en la boca. No hay caso, casi me echo un patito.
Entonces me pide que me saque la remera y quede en cuero. Yo pensaba a todo esto, “re cualquiera! Ya me miro la garganta, le dije los síntomas, es OBVIO que tengo anginas.”
De igual modo me pidió que respirara muchas veces profundo para ver si me demayaba ahí nomas. Hp.
En fin, se sienta otra vez en el escritorio, mientras escribe algo indescifrable.
Eh… hola? Mínimiamente podría decirme que tengo no? Pienso yo.

-“Disculpame, entonces… que tengo?”
-“Ah, si, si. Tenes anginas, tomá una de estas cada 12 horas.”

Y antes, en la sala de espera, que estuve 1 hora y media, presencié una escena divina.
El padre le decía a su pequeña hija, que estaba llorando, “bueno no te preocupes, mirame… ey… mirame… bueno después vamos al kiosko y te compramos algo?” Le re cambio la cara a la pequeña.

Ojalá hoy en dia mi viejo me llevara a la guardia y yo me hiciera el que lloro y pataleo.
Y el me agarrase la cabeza enfrentándome contra la de el, diciéndome “Federico, queridito, no llorés más… dale, dale… no llorés más. Después, cuando salgamos vamos a elegir el mejor gato de cocodrilo”.