16 mar 2010

Final Countdown


El agua se retira lentamente. No, no viene ningún tsunami.

Algo evapora el agua, dejando atrás escombros, relojes de pulsera perdidos, cañas de pescar, algún que otro porongo para matear, algunos lentes de sol, celulares, reproductores mp3. Hay de todo un poco. La gente comienza a bajar por las escaleras del costado del paredón, que antes servían para contener la inmensidad del rio y su presión. Desde arriba se ve el tráfico congestionado, todos se asombran al ver semejante espectáculo. Donde antes había agua, ahora hay un montón de hectáreas de barro sucio, mezclado con algas de rio, peces aleteando muriéndose por respirar. Los veleros que por ahí circulaban, fueron agarrados de improvisto y pronto quedaron anclados contra el piso. Ya no había más agua, toda se evaporó por un calor abrasador, en cuestión de minutos.

Alguno que otro, se le cruzó por la cabeza que el río se había partido en dos, pero a la vista, no había ningún Moisés.

Por muchos años el hombre creyó que era el dominador. Estos años venideros se demostrará que en realidad, es el espectador de la creación, de su propio final.

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