Ayer estaba en kinesiología. Última sesión. Si, ridículamente por el dedo gordo del pie.
En eso, estaba pensando: ¡Que viejo es cumplir 26 años!
Pero por otro lado, llegó Oscar, otro paciente de unos 73 años. Trajo una bolsa con facturas para los que atienden tan bien ahí en PENTA. Venía hablando sobre qué bien se sentía a su edad, que a veces tenía unas molestias al caminar. Se acostó sobre una camilla, unas de esas pelotas de plástico grandes inflables fue arrimada a sus pies.
Y el tenia que mover las piernas hacia adelante y hacia atrás, para ejercitar las rodillas. Pero como un niño, quiere que los demás vean que está lleno de energías.
Movía frenéticamente sus patitas. Igual, me lo imagine teniendo relaciones sexuales a esa velocidad. Me tente.
En ese momento pensaba, que triste era la vida. Mucho esfuerzo para atravesarla, para presenciar un mal pronóstico. Amistades, familiares y amores se van muriendo.
¿Y si sabemos que ese es nuestro final, para que gastarse en repararse físicamente? Así es la vida. Como intentando prolongar la vida. Operaciones, tratamientos, etc.
¿ Para que son? No morir joven.
¿Y si sos de mayor edad? También, para no morir… aun.
Entonces me dije:
¿Si tuviéramos la oportunidad de vivir 10 años más, con nuestra edad en el presente, la tomaríamos? Es decir, si tenés 20, y tomas la oportunidad, vivirías 10 años más de experiencia, y al finalizar esos años, seguirías teniendo 20. Y después cuenta normal.
Yo creo que sí.
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