Locos son los días en los que queremos estar solos. Libres de las constantes interrupciones, preguntas incoherentes, llamadas inesperadas y actuaciones sociales. A veces el día acompaña y está nublado, y medio frio. Otras veces el sol esta solo acompañándonos con su calor. ¿Qué nos impulsa a decidir
“hoy quiero estar solo/a”? Quizás es fácil decirle a todos,
“che hoy quiero estar solo”, eso suena muy, demasiado raro. Yo directamente, expreso mi desgano, mi fiaca y motivos por el cual no hacer cosas fuera de casa.
Estas situaciones se pueden dar en la ciudad, en un campo, en un viaje, y por qué no, en una hora de soledad.
Es emocionante dedicar el tiempo a lo que uno considera personal. Puede ser ver tele, navegar por la web, escribir, cantar, dibujar, reírse de anécdotas pasadas, o simplemente pensar en cosas que no fueron.
Pero al finalizar tu momento de estar solo, podes ver que no lograste demasiado, sobre todo si lo dedicaste a pensar. Fuiste de una historia a otra, con finales alternos, como aquellos libros de
“elige tu propia aventura”, sin llegar a terminar el libro.
Yo creo que si hiciste algo, eso es fomentar y amasar tu imaginación, agradeciendo que vivís una realidad que por suerte no tenés que proyectar.
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