Y me siguen sorprendiendo esas semi mujeres que pasean por la facultad y en las calles.
Esas que con un lápiz suelto en su cartera, hacen unos movimientos como si de
“Wingardium Leviosa” se tratase, y
zas! Rodete instantáneo. Y continúan con sus caminos tan felices y campantes.
Esas otras que caminan una cuadra y en cada vidriera diferente se retocaron el pelo, el saco, la cartera y están a punto de pisar un
charco de agua.
Las que saben, pero siguen usando bombacha negra debajo de un pantalón blanco semi transparente.
Las que se visten
“Palermo style” agregando algún artículo indumentario que queda para el orto… pero cool.
Las que en vez de medias negras simples, o las de color piel, se ponen unas con dibujos o con rayas. No se demasiado de ese tipo de ropa, pero seguro que la marca es miau!
¡Ojo! ¡No es desagradable a la vista, pero…
Ah! Si! Esas que vienen con calzas. Claro, las largas. Esas que pueden darles una figura más esbelta, pero con el riesgo de marcarles
TODOS los recovecos.
Las que siempre tienen pinta de recién llegadas de haber cursado Lancôme 1 y tuvieron muestras gratis de maquillaje. Y que decidieron aplicarse todos los productos a la vez.
Aquellas mujeres que bien adentro, llevan consigo el síndrome del
“culito de obrero”. ¿NUNCA podés darte cuenta? ¡Dale!
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