Cuenta la historia, que había un soldado romano que se le había asignado escribir sobre la gloria del imperio.
“Es una historia que se sabe por dónde empieza, pero no cómo termina”, esa era la primera línea del manuscrito encontrado siglos después.
El relato en bases generales, analiza como los dirigentes romanos, hartos de seguir con las conquistas y los debates, deciden dedicarse a la joda. Si aburrirse significaría aparecer en los libros de historia, ellos no querían esa fama. Querían el descontrol, el pan y circo, las putas, sexo con menores, orgías, las termas. El vino servido por mujeres en pelotas, togas sobre sos cuerpos a la última moda. Y lo podían pagar. Su crédito se estiraba hasta el de un imperio.
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