1 dic 2010

Mariana. Una historia puntual. Parte V (Archivo)

Y es ahí cuando en el inconsciente ella buscaba expresar su sentir como pidiendo ayuda. Buscar la tecnología más cercana, comunicarse vía skype con familiares, amigos, y contar como iba su estadía por aquellos pagos. Impartiendo información, experiencia, “es muy difícil la vida”, “la sociedad”, “y la convivencia”. Seguramente lo fue, pero nadie la obligó a estar ahí. A medida que el tiempo transcurría, las conversaciones iban siendo más acotadas porque no había nadie con quien conversar. Cada uno sigue su vida, se refugia en su círculo existente, y no en aquel que es de pura palabra. Más sola que antes, en permanentes peleas con su pareja en Paris, comienzan las dudas.

Volver a los brazos de los familiares (que por suerte siempre están de nuestro lado), aunque sea por unas semanas, era lo conveniente. Tomarse un respiro de aquel lugar, que no hizo más que traer dudas. Con la esperanza que todo se hubiera detenido en el tiempo desde su partida hasta su retorno momentáneo, dedico gran tiempo con su familia, salía con sus amistades e intentó contactarse con aquellos amores que dejo atrás. Intentando imponer sus necesidades, no comprendía el por qué de los rechazos de estos últimos. En parte, porque estos ya tenían otro amor, dolidos por el desplazamiento que ella infligió, decidieron no mantener ningún vínculo, aunque de tomar un café se tratase. Esto le sirvió a Mariana, en un futuro próximo, no involucrarse sentimentalmente con aquellos que había dejado atrás, con el afán de “no querer volver a lastimar por segunda vez, a aquellos que lastimó en el pasado”.

Vuelta a la Eiffel, intentando solucionar varios frentes problemáticos, feliz de recibir noticias de viajeros que pasan por su ciudad prestada. Sale con aquellos que si son conocidos. Pero no todo lo que brilla es oro. Asique son pequeñas dosis de felicidad que aprovecha al máximo. Aquello que pensaba que duraría una eternidad, pronto se ve opacado por su inminente retorno a su país natal dejando atrás a otro amor, que fue su acompañante del año.

Nuevamente se victimiza porque su acompañante le propuso matrimonio. Y que se encontraba confundida. Pero dando a conocer que ella es tan especial, que cualquier hombre querría estar con ella, y que al alejarse, siempre los deja emocionalmente afectados y enganchados. Víctima, confesión, superioridad. Otra faceta y modus operandi recurrente de Mariana, es que es muy Madame Bovary.
Luego de su aventura “ida y vuelta a Paris en 365 días”, confiesa que su partida a aquel lugar era incondicional, por ende, si el enamorado que dejó atrás la hubiese querido tanto, debería haberla perseguido para traerla de vuelta. Asimismo hizo algo parecido con el que dejo en Paris. Aquel pobre diablo que hizo un esfuerzo monumental para entrar en la sociedad Parisina, lograr un trabajo estable, grupete social, ahora ella pretendía, que fuese él quien se mudara a otro país, para estar con ella.

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