Sentirse como en la primaria, o secundaria. Mmm… creo que mas secundaria. Ese termino que solo usábamos nosotros y nuestros viejos siguieron y siguen usándolo. Chapar.
“Chaparme a ese”, “me chapó” “me lo chapé”. Suena como que llevaste el auto a chapa y pintura. Medio raro. También suena raro transar. Como en una pelea. Aunque... es una pelea! De lenguas. Ah re.
En el contador de la derecha, el tiempo va sumando la cantidad de días y horas, minutos y segundos en los cuales no hay acción física, de la más profunda. Besos caricias y abrazos no cuentan lo suficiente como para empezar desde cero.
Asique sin buscarlo,
“chapamos”. Y quedó en eso nada más. Fue… digamos muy divertido. Me sentí transportado a épocas en las que nos sentíamos nerviosos al momento de avanzar hacia la boca de la chica con temor a que se tirara hacia atrás o te pusiera el
“codito”. ¡Qué mal quedaba uno si eso pasaba! Por suerte siendo un poco más grandes, con post adolescencia, ahora la mujercita busca al hombrecito o no. ¡Pero esa posibilidad existe! Suena raro, pero toda la calentura vieja a través de los besos. Porque si no habría nadie en el boliche, seguro que estás dando besos a otros órganos.
Esta chica tiene la parte trasera súper golosa. De esos niños gordos que se comen el chocolate en la fábrica de Charlie, me encantan.
(Y digo parte trasera, porque en esta página no se escriben cosas zarpadas tan directas). Y como suele pasar con la mayoría de las mujeres, si estas agraciada con ese niño goloso, quizás no se esta tan agraciada en la parte delantera de arriba. La de abajo ni hablar ya que siempre es un kraken.
Asique fue una noche divertida aquella. El alcohol actúa bien en esas situaciones. Como la herramienta
“fuera de foco” del photoshop.
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